¡Bienvenidos!

Si alguien, pinchando en la web o porque ha sido invitado a ello, llegara aquí a este blog con lo primero que se topa es con este rótulo que sirve de título al mismo: CUBAOP.

Si no lo entiende serían legítimas las preguntas que se sucederían una tras otra y que pudieran ser como estas: ¿CUBAOP? ¿Qué eso? ¿Algo nuevo? ¿Qué me quieren decir con estas letras los que escriben aquí? CUBAOP es el espacio en que queremos compartir lo que significa para nosotros la OP, Orden de Predicadores, en CUBA.

Desde Cuba porque una Orden que está en muchas partes del mundo se manifiesta de manera concreta en los límites de un país, estado o región concreto del mundo. Y es desde Cuba que como dominicos nos integramos en la gran familia dominicana a lo largo y ancho del mundo.

En esta aventura no vamos solos. En la gran familia hay jóvenes y adultos, mujeres y varones, laicos y religiosos. Esta gran familia cuenta en Cuba con la presencia de frailes, monjas, religiosas de varias congregaciones y con seglares. Todos nos sentimos continuadores de Domingo de Guzmán en el gran reto que es comunicar a todos y todas el Evangelio de Jesús de Nazaret haciendo uso de un lenguaje actualizado y desde nuestra experiencia de vida como cubanos y cubanas.

Esto es lo que quiere ser CUBAOP. Contamos contigo, que lees y comentas, que te cuestionas e interrogas a otros para hallar a Dios, para seguir adelante en esta aventura que comenzamos a construir.
Fr. Andrés, O.P.

Porque somos en Blanco y negro.

Encuentro con el pasado

Un día O.P.

martes, 13 de enero de 2009

Acción de gracias de Fr. Adreano Ignacio OP

Palabras pronunciadas por Fray Adreano Ignacio en el momento de su acción de gracias durante la Misa de Ordenación.

Doy gracias a Dios que ha sido el que ha hilado mi vida y dado sentido pleno a mi existencia

Doy gracias a Dios por el regalo de mis padres; por darme una madre valiente y fuerte. Ella supo defender mi vida y no aceptar el aborto cuando estaba embarazada de mí. Gracias mamá.

Doy gracias a Dios por mis hermanos, de manera especial por Adolfito, que siempre ha sido mi amigo, hermano y padre.

Doy gracias a Dios que permitió que el P. Willy y yo nos encontráramos en Santa Cruz del Sur. Willy, gracias por bautizarme, darme la comunión, ser mi padrino de confirmación y hoy ordenarme sacerdote. Gracias a todo mi pueblo y comunidad cristiana de Santa Cruz del Sur, hoy presente entre nosotros, y al P. Raúl Fernández.

Doy gracias a Dios por permitir formarme en el Pre – Seminario de Camagüey, donde siempre recuerdo el amor vocacional primero y la sabiduría de Monseñor Adolfo y el P. Sarduy.

Doy gracias a Dios por mis cuatro años de filosofía en el Seminario San Carlos y San Ambrosio. Gracias a cada uno de los formadores y profesores de esos años y a mis compañeros de clases. Allí fue naciendo mi vocación de fraile predicador.

Doy gracias a Dios por el regalo de la vida religiosa en Cuba; de manera particular agradezco a las hermanas Teresianas, Lauritas, Carmelitas Misioneras y Apostolinas.

Doy gracias a Dios por el regalo de la Orden de Predicadores en Cuba, por los frailes que me han ayudado a ser dominico día a día. Gracias Manuel Uña, gracias Bendito, gracias Pepito, gracias Rafael, gracias Cirilo y gracias Pedro Román. También gracias a nuestro Provincial Fr. Luis Marín.

Doy gracias a Dios por permitir formarme en Colombia, República Dominicana y Salamanca, gracias por el regalo de las personas que me supieron ayudar y dar ánimos. Hoy me acompañan de República Dominicana Fr. Octavio y Virginia; de Salamanca Fr. Ricardo. Gracias de todo corazón.

No puedo olvidar a las comunidades por donde pasé: El Fraile en Santa Cruz del Norte, San Francisco de Paula en la Víbora, Nueva Paz, la Parroquia de Línea donde hice mi postulantado en la Orden, el Perpetuo Socorro y Letrán.

Doy gracias a Dios por regalarme la oración y el cariño de nuestras Monjas Dominicas Contemplativas, gracias a toda la Familia Dominica en Cuba.

Doy gracias a Dios por mis dos connovicios: Ariel y Carlos, que no siguen en la Orden, pero sí seguimos en la amistad.

Doy gracias a Dios por todo lo que me ha aportado y ayudado Fr. Léster, gracias por tus halones de orejas, por tu amistad sincera y por ser mi hermano en la Orden. Contigo aprendí lo apasionante y hermoso que es ser dominico. Gracias Léster.

Doy gracias a Dios por nuestros dos formandos: Fr. Andrés y Raisel. Que más jóvenes cubanos se animen a ser Frailes Predicadores.

Doy gracias a Dios por los matrimonios que me han acompañado, en particular: Julio y Mercedes.

Gracias a María, Madre de Dios y Madre nuestra, porque siempre ha sostenido mi vida y mi vocación. Ahora te pido que la sigas sosteniendo hasta la muerte y eternidad. Amén.

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O Lumen

¿Por qué?