¡Bienvenidos!

Si alguien, pinchando en la web o porque ha sido invitado a ello, llegara aquí a este blog con lo primero que se topa es con este rótulo que sirve de título al mismo: CUBAOP.

Si no lo entiende serían legítimas las preguntas que se sucederían una tras otra y que pudieran ser como estas: ¿CUBAOP? ¿Qué eso? ¿Algo nuevo? ¿Qué me quieren decir con estas letras los que escriben aquí? CUBAOP es el espacio en que queremos compartir lo que significa para nosotros la OP, Orden de Predicadores, en CUBA.

Desde Cuba porque una Orden que está en muchas partes del mundo se manifiesta de manera concreta en los límites de un país, estado o región concreto del mundo. Y es desde Cuba que como dominicos nos integramos en la gran familia dominicana a lo largo y ancho del mundo.

En esta aventura no vamos solos. En la gran familia hay jóvenes y adultos, mujeres y varones, laicos y religiosos. Esta gran familia cuenta en Cuba con la presencia de frailes, monjas, religiosas de varias congregaciones y con seglares. Todos nos sentimos continuadores de Domingo de Guzmán en el gran reto que es comunicar a todos y todas el Evangelio de Jesús de Nazaret haciendo uso de un lenguaje actualizado y desde nuestra experiencia de vida como cubanos y cubanas.

Esto es lo que quiere ser CUBAOP. Contamos contigo, que lees y comentas, que te cuestionas e interrogas a otros para hallar a Dios, para seguir adelante en esta aventura que comenzamos a construir.
Fr. Andrés, O.P.

Porque somos en Blanco y negro.

Encuentro con el pasado

Un día O.P.

jueves, 25 de junio de 2009

Hacer las Américas como Dios manda. El zamorano fray Manuel Uña cumple sus «Bodas de Oro» sacerdotales en La Habana

«Para servir a todos». Esas palabras, del evangelista Marcos, fueron elegidas como lema de vida cuando su ordenación el 29 de marzo de 1959. Y las ha cumplido, y sublimado, con su testimonio y su acción. Fray Manuel Uña, zamorano, Vicario de los Dominicos de Cuba, ha celebrado sus «Bodas de Oro» sacerdotales en La Habana, donde realiza una gran labor pastoral y cultural.

JESÚS HERNÁNDEZ

 
No fue «a hacer las Américas», no, como se decía antaño y como relata la historiadora e hispanista Coralia Alonso. Había nacido el 10 de junio de 1935 en Tardemézar, a sesenta y tantos kilómetros de la capital. Fueron tres hermanos, en una familia campesina. Ingresó, con 12 años de edad, en el colegio de los Padres Dominicos de Almagro (Ciudad Real), donde efectuó los estudios de Humanidades y realizó el noviciado para profesar en la Orden de Predicadores. Contaba 18 años, y realizó la profesión religiosa: Era septiembre de 1953, en Guadix (Granada). En la capital andaluza cursó los estudios de Filosofía y Teología. La ordenación sacerdotal se celebró aquel 15 de 2009-06-24_IMG_2009-06-24_00 07 50_curamarzo de 1959. Y «cantó misa» –así se llamaba al oficio de la primera eucaristía– en su pueblo, ante los suyos, el día 29 de igual mes. Prosiguió los estudios académicos en Madrid, aunque los finalizó en la Universidad de santo Tomás de Aquino (Roma). Se le confiaron varios destinos pastorales: En Almería, Tenerife, Córdoba, Sevilla. Como delegado diocesano de las Hermandades del Trabajo, párroco, prior, maestro de novicios, Provincial durante ocho años de la Orden en la Provincia de Andalucía (ésta comprende varias regiones españolas, Venezuela, México y Cuba). El último destino: En Cuba.
Son, ya, 16 años de estancia en la isla caribeña. Con una hermosa fundación: El Centro fray Bartolomé de las Casas, que, dirigido por él, y como recuerdo de aquel fraile valiente y sincero, tiene su sede en el convento de San Juan, Vedado (La Habana). «Al finalizar los ocho años de servicio a los hermanos, pedí venir a Cuba y llegué en avión de Iberia al aeropuerto "José Martí" el 15 de octubre de 1993», manifestaba recientemente a «Nosotros hoy», sitio web de la Conferencia de Obispos de Cuba, en un trabajo firmado por Marta Marcos y Miguel Albuerne. «En Cuba», añadía, «he regalado muchas horas en escuchar a cuantos me he encontrado, y he procurado estar abierto a todos, sin juzgar ni enjuiciar. Fue así como conocí una realidad más profunda y me fui dando cuenta de lo mucho que nos quedaba por hacer y que algo yo podía hacer. Escuchar mucho, mucho, sin querer convencer a nadie, ni dar respuestas fáciles. Opté por los mares profundos de la persona. Dejarle hablar, que pueda confesarse».
La labor del "Padre Manuel", según la denominación de los más cercanos, ha sido espiritual y material, social y cultural. Alonso Valdés, la investigadora, que tan bien conoce la presencia zamorana en aquellas tierras, habla de «realización de obras muy meritorias». El Centro que lleva la memoria del fraile andaluz es «casa de encuentros, abierta a todos, con independencia de sus creencias, y donde se hace visible el lema elegido para su ordenación sacerdotal». El religioso exponía así sus objetivos a "Nosotros Hoy". «Nuestra oferta a la Iglesia y al pueblo sería: Un lugar de reflexión y reconciliación. Fue así como se gestó y nació».
La conmemoración de los cincuenta años de ministerio en Cristo, con intensa dedicación, ha constado de varios actos. Aquella se inició el 16 de marzo, en la ciudad de Trinidad, «donde celebró el jubileo sacerdotal», junto a fray Cirilo González Santamaría, «compañero de estudios en el Colegio Apostólico», en la juventud idealista. «Los agasajos», prosigue su relato la historiadora, «continuaron en Santa Rosa de Lima, el Perpetuo Socorro, Jesús Obrero, el Rosario y el Sagrado Corazón. Estas comunidades, siempre a templo lleno, le brindaron todo lo mejor que poseen. Los rostros de sus gentes han transmitido amor, respeto y admiración hacia el sacerdote».
Los homenajes –el reconocimiento es homenaje cuando sale del corazón limpio– culminaron el día 29 de marzo. Se cumplían los cincuenta años, día tras día, de la primera misa de fray Manuel Uña Fernández en Tardemézar, pueblo que, según un historiador de principios del XX, «disfruta de buena ventilación y clima sano». Una «lluvia torrencial», que se había iniciado una hora antes, «no impidió que el templo se llenara de fieles y amigos». Era el templo de san Juan Bautista y Santo Domingo de Guzmán, «conocido como iglesia de San Juan de Letrán». El cardenal Jaime Ortega, arzobispo de San Cristóbal de La Habana, pronunció la homilía y «leyó y entregó al Padre Uña la carta enviada por el Papa Benedicto XVI y el pergamino con la Bendición Apostólica del Santo Padre».
La figura del zamorano, hombre de entereza, había reunido a «otras personalidades eclesiásticas y diplomáticas, de la ciencia y de la cultura». Obispos auxiliares y eméritos, el Embajador y el Cónsul General de España en la isla. Y muchos habaneros, que mostraban su «admiración y afecto» al religioso. Entre las misivas leídas, al término de la eucaristía, dos: Habían sido remitidas por el Nuncio Apostólico, Luigi Bonazzi, y el presidente del Principado de Asturias, Alvarez Areces (la Comunidad Autónoma colabora en la reconstrucción de un templo fundado por fray Francisco Vázquez, dominico asturiano, en el primer cuarto de la pasada centuria)... Por la obra bien hecha.

http://www.laopiniondezamora.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009062400_2_366223__Zamora-Hacer-Americas-como-Dios-manda

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O Lumen

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