
Los dominicos fueron fundados como parte del movimiento mendicante: no monjes atados a un monasterio, sino llamados a salir al mundo para llevar el Evangelio, conservando las fuentes de la oración monástica. En la espiritualidad dominicana, el rezo común y la actividad apostólica se alimentan mutuamente. Como los apóstoles que fueron enviados para predicar, pero eran también exhortados por Jesús a rezar constantemente, nuestra predicación es un rezo, un encuentro con Dios en la gente, con quienes y a quienes predicamos, y nuestro tiempo, pasado en el silencio ante Dios, nos orienta con mayor seguridad, en nuestra misión apostólica.
Dentro de la familia dominicana, los frailes están unidos a una orden religiosa internacional dentro de la Iglesia Católica. Ni monjes en un monasterio, ni sacerdotes diocesanos que viven en parroquias, los frailes dominicanos son " religiosos apostólicos " comprometidos al ministerio de la predicación dondequiera que sea más necesario, con una marcada preferencia por las fronteras de la Iglesia. Los frailes persiguen este ministerio en común, ligados por los votos de pobreza, castidad y obediencia.
La Orden provee a los frailes de un lugar apropiado para vivir, en orden a lograr una íntegra evangelización, preparada en el silencio y en el estudio sostenido por el rezo. Esta aventura espiritual y misionera se ha desarrollado durante casi ochocientos años y sigue siendo una parte vibrante de la vida de la Iglesia; colaborando con Ella, a proclamar el Evangelio de Jesucristo a toda la tierra, y quizás un día, a los confines del universo.
1 comentarios:
Hola mis estimados Dominicos,
Quisiera saber más sobre ustedes.
Saludos
Abel
Perú.
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